Mi historia

Tu fe en Cristo debe conducirte al Sacerdocio: por tu fe eres llamado y llamada, al Sacerdocio Crístico

Me llamo Andrea Palacios, nací en Chile en la 5ta región en la ciudad de Quillota pero al año partí a la ciudad de Punta Arenas, por 17 años viví en esta hermosa zona, rodeada de una naturaleza exuberante que me recordaba de manera constante que vivía en el Fin de Mundo. Esta condición me permitió desde pequeña resentir la distancia con Chile y el resto del mundo, pero más tarde comprendí que fue sin duda una bendición porque me permitió de manera natural hacerme a una vida simple e inocente que me conecto con mi espíritu y con Dios.

La certeza de la existencia de Dios la viví en este entorno y en particular en un paseo con mi familia al Parque Torres del Paine, a la edad de 10 años, donde al contemplar el Cuerno principal, conformado por 3 hermosos cerros, sentí de manera profunda y penetrante la presencia de Cristo, que me estremeció en mi contemplación. Esta vivencia ha sido la base de mi Fe.

Crecí dentro de una familia católica y recibí así una educación conforme a ésta. Sin embargo en mi adolescencia, comencé a reconocer las incoherencias de una institución que se separaba del mandato de Cristo, comencé a cuestionar lo que se me enseñaba, y me retiré del colegio católico en que estaba, iniciando mi enseñanza media en un colegio laico. Desde este punto, la búsqueda espiritual tuvo lugar en mí sin poder encontrar certezas sobre el sentido de esta existencia bajo los principios espirituales que yo creía.

Conocí varias religiones, pero no me hacían sentido en sus formas. Así después durante mi vida universitaria, comencé a interesarme por las prácticas del Yoga pasando por las enseñanzas de varias escuelas, y si bien valoro mucho lo aprendido, siempre me chocaba el quiebre entre la práctica y el sentido espiritual con que está práctica llegó a occidente.

Inicie mis estudio en psicología en la Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, y luego de haber vivido una año de intercambio en Nueva Zelandia, llegó a esta ciudad y a este contexto estudiantil tan alejados de la realidad que yo había vivido hasta ese momento. Me forme en una ciencia que busca ayudar al hombre a comprender su existencia y intenta reordenar los desórdenes que nacen producto del sistema en el cual vivimos.

He ejercido profesionalmente en el área clínica y educacional, principalmente con niños, adolescentes, y hoy con algunos adultos. Mi labor siempre me ha hecho palpar el dolor humano que nace de la pérdida de sentido de vida, y eso mismo es lo que en mi propia persona también comenzó a presentarse como un cuestionamiento constante desde los hechos que me tocaba ser testigo con mis pacientes y en mi propia vida.

En medio de preguntas existenciales, descubrí este camino, donde solo mi Fe en Cristo me permitió ver lo que nuca antes había reconocido. Aquellas preguntas y cuestionamientos internos que me habían acompañado, comenzaron a ser develados. Sin entender con la mente pude comprender que todo lo vivido tenía un sentido y propósito. Esta certeza se convirtió en una Verdad interior confirmada por Cristo, y así opte en libertad por bautizarme para iniciar este camino sacerdotal, que me puso de frente a un plan de vida establecido por Cristo, con objetivos trascendentes, con planes y tiempos específicos para anunciar su Segunda Venida y aperturar un nuevo tiempo: el Milenio de Paz.

Hoy resido en la ciudad de Iquique, lugar donde Cristo dispuso que junto a mi esposo comenzáramos a llamar a quienes en libertad espiritual quieran hacerse activos en la Gracia, es decir, despertar el espíritu y alimentarlo con las herramientas espirituales necesarias para poder tomar conciencia del propio sentido de la existencia para este tiempo.